Los primeros nubarrones de la crisis del Covid19 se están disipando. La fuerte recuperación económica está atrayendo las miradas hacia la industria de los semiconductores. Las empresas de automoción, que detuvieron sus pedidos de semiconductores en las primeras fases de la pandemia, están volviendo a los niveles de producción pre-crisis. A esto se le suma que durante las restricciones y cuarentenas se produjo un aumento de la demanda de ordenadores para atender las necesidades del teletrabajo. Asimismo, se ha asistido a un “boom” del uso de aparatos electrónicos de fitness en casa y de dispositivos de juegos electrónicos y digitales.
Una de la consecuencias de estos cambios ha sido una enorme presión sobre la demanda de dispositivos. Esto ha llevado a la necesidad de más espacio de almacenamiento en la nube. Las empresas de tecnología han necesitado agregar mayor capacidad física en sus centros de almacenamiento de datos. Todo ello, sin duda, está teniendo un impacto significativo en la demanda de microchips.
Desde la aparición de los teléfonos inteligentes, el acceso a internet se ha universalizado. Ahora la demanda se ha refinado y busca cada vez más una navegación por internet rápida y estable. Estamos a las puertas de los extraordinarios desarrollos tecnológicos que implicarían el despliegue del 5G, la computación de alto rendimiento, el uso de la inteligencia artificial y la universalización del internet de las cosas. Es por ello que la producción y distribución de semiconductores se ha convertido en un elemento fundamental de cualquier economía, llegando a ser la falta de abastecimiento de chips una preocupación mundial. Los operadores industriales tratan de encontrar en el mercado semiconductores para sus cadenas de producción.
ASML revoluciona las cadenas de producción de semiconductores.
En este escenario de fuerte demanda de semiconductores, la empresa neerlandesa ASML, con sus avances tecnológicos, es capaz de ayudar a construir cadenas de suministro de semiconductores completamente autosuficientes. ASML ha desarrollado una maquina con un sistema que usa un tipo diferente de luz para definir circuitos ultrapequeños en chips. Ello permite un mayor rendimiento del silicio. La herramienta, que ha tardado décadas en desarrollarse, se introdujo para la fabricación a gran escala en 2017. El coste por cada máquina es de alrededor de 140 millones de euros. Esta compleja máquina, de muy difícil replica, puede fabricar los chips más avanzados del mercado. Con su tecnología, ASML está dando un giro al mercado de semiconductores con grandes implicaciones geopolíticas. Se estima que para desarrollar un prototipo de máquina de las mismas características tecnológicas sería necesario un periodo de investigación y aplicación de alrededor de 10 años.
La compleja máquina de ASML fabrica los chips más avanzados del mercado. ASML ha alcanzado un valor bursátil que supera los 250.000 millones de euros. Fue creada en 1984 por el gigante neerlandés de la electrónica Philips y otro fabricante de herramientas, Advanced Semiconductor Materials International. ASML se ha convertido en el mayor proveedor de equipos de fabricación de chips con el sistema de litografía. Utilizando la litografía, los fabricantes proyectan repetidamente patrones de circuitos de chips en obleas de silicio. Mientras más pequeños sean los transistores y otros componentes que se puedan agregar a un chip individual, más poderoso se vuelve la máquina y más datos puede almacenar. El ritmo de esa miniaturización se conoce como Ley de Moore, que lleva el nombre de Gordon Moore, cofundador del gigante de chips Intel.
El desarrollo tecnológico de ASML se ha basado en la cooperación internacional. La empresa neerlandesa ha trabajado con investigadores de Estados Unidos, Japón y Europa. La colaboración se extiende desde el centro de investigación Imec en Bélgica y otro consorcio estadounidense, Sematech, hasta grandes multinacionales como Intel, Samsung Electronics y Taiwan Semiconductor Manufacturing Company.
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